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De acuerdo con datos del INEGI, durante 2022 en México se registraron 25 mil 041 muertes fetales. Estas correspondieron a una tasa nacional de 72.2 por cada 100 mil mujeres en edad fértil. Asimismo, señala que 83.2 por ciento de las muertes fetales ocurrió antes del parto, 15.8 por ciento sucedió durante el parto y en uno por ciento de los casos no se especificó el momento.
Sobre este tema, el Pleno de la Cámara de Diputados avaló un dictamen por el que se reforma la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, con el objetivo de establecer que se considerará como discriminación el negar o limitar la información, atención y el derecho al duelo en casos de muerte neonatal o perinatal.
Al respecto, la diputada Marisela Garduño Garduño (PT) lamentó que quienes se enfrentan a este duelo no cuentan con la solidaridad, empatía, apoyo, de quienes deberían estar obligados por la profesión médica que desempeñan a apoyar a los padres o familiares que enfrentan esta pérdida. Por ello, llamó a reconocer el derecho al duelo.
“Un proceso de duelo mal atendido puede desarrollar en los progenitores alteraciones biológicas, psicológicas, sociales y espirituales”, afirmó la diputada Sofía Gómez Cambrón (PRI), quien señaló que la propuesta pone en el centro de atención el dolor de los padres ante la pérdida de un hijo o de una hija.
Por Morena, la diputada Marisol García Segura comentó que, con esta reforma, se podrán implementar los protocolos necesarios para atender la muerte neonatal, además de que permitirá brindar una atención con mayor sensibilidad por parte del personal de salud para que las madres procesen el duelo de una manera saludable, digna y justa.
De acuerdo con el proyecto que se avaló con 453 votos a favor, y se remitió al Senado, subraya la insuficiencia de protocolos y apoyo psicológico adecuado para los padres durante momentos difíciles, lo que evidencia el trato inhumano y la falta de empatía dentro de algunos sectores de la atención médica.
Además, establece que la aprobación de este dictamen no sólo es un paso adelante en la protección de los derechos fundamentales, sino también un claro mensaje de que la inclusión y la no discriminación son pilares esenciales de la democracia.